Cuentos elaborados por el alumnado del tercer ciclo del C.E.I.P. "Profesora Pilar Martínez Cruz" de Huelva.
UNA MUERTE INESPERADA
En un pequeño pueblo, en el año 1756, vivía una niña llamada
Melody, a la que le gustaba mucho tocar la flauta. un 31 de octubre como
cualquier otro, Melody volvía a casa sola, ya que su padre no podía recogerla,
porque tenía que trabajar mucho desde que su madre ya no estaba…
Melody decidió ir por
un callejón para llegar antes a su casa y ayudar a su padre a hacer la cena. Como
se aburría, decidió ir practicando las partituras que le habían dado y de
repente de entre las sombras apareció un hombre de probablemente unos 32 años,
de estatura media.En este momento un escalofrío recorrió el cuerpo de Melody…acababa
de acordarse de una noticia que leyó en el periódico sobre un asesino que había
ha aparecido en distintos callejones del pueblo.Quería correr pero no podía,
quería gritar pero no podía, se había quedado paralizada del miedo. En cuanto
vio que el asesino empezó a avanzar hacia ella, sus piernas reaccionaron y
empezó a correr y justo cuando pensaba
que se había librado de él, giró y lo vio. Esa cara fue la última que vio antes
de morir por las repetidas puñaladas que recibió en el cuello…esperó a que
vinieran a ayudarla pero nadie vino…
Varias semanas después, el asesino vagaba por el callejón
buscando nuevas víctimas, cuando repentinamente escucho un sonido de nuevo:era
una flauta. Al principio decidió ignorarla, pero cada vez el sonido era más intenso.
Súbitamente una niña con un vestido blanco y una flauta apareció de la nada. No
era una niña cualquiera, era la niña que mató hace unas semanas… entonces
empezó a correr, ya que eso daba más miedo que ver a tu abuela en ropa interior…
a continuación el asesino se quedó sin aire y se desplomó en el suelo y Melody
desapareció sin dejar rastro. Desde ese día todo el que pasara por ese callejón
aparecía muerto.
Sofía Narváez, Marta Núñez y Nerea Barroso. 5º B
EL
HOMBRE DE HALLOWEEN
Érase una vez un hombre que pasaba por
un poblado todos los días para ir a trabajar. Un día descubrió que el poblado
estaba abandonado. Era un día de lluvia cuando el hombre se atrevió a ir,
mientras se acercaba vio una casa en la que la luz estaba encendida. Se acercó
y vio que una sombra apagó la luz. Llamó al timbre, pero no funcionaba, vio que
una ventana estaba abierta y saltó de un golpe. Entrando escuchó que una cama
crujía, ¡crash, crash! Fue a la cocina y había una sartén con un corazón que
todavía estaba latiendo mientras se cocinaba. Abrió la nevera y había un
esqueleto. Cuando salía vio que alguien subía las escaleras. Fue para arriba y
se encontró con los huesos de un perro que se llamaba ‘Te mataré’. Fue para la
habitación que crujía y estaba todo decorado con fantasmas, murciélagos,
calabazas, esqueletos y en resumen no había nada. Se dirigió para la habitación
de matrimonio y detrás de la puerta había un hombre escondido que le dijo: “¡Booo!
a mañana no llegas”. El hombre se dirigió rápidamente a su coche y arrancó. Él
no se dio cuenta, pero había dos esqueletos con una pistola cada uno, el hombre
se dio cuenta, pero siguió como si nada y los esqueletos le dijeron: “Te
parecerás a nosotros”, y le dispararon, ¡pum, pum!
Lucas Domínguez Fernández - 5ºC
LA NOCHE DE
HALLOWEEN
Había una
vez tres niñas llamadas Lucía, Rosa y Blanca que decidieron ir la noche de
halloween a una casa del terror que hacían, muy cerca de la casa de Rosa. Llegó
el turno de ellas para entrar en la casa del terror. Entraron y se veía
todo negro, hasta que de repente se encendió una luz que no les permitía abrir
los ojos. Se dieron cuenta de que sólo estaban ellas, que no había nadie más.
Salió de la nada un montón de fantasma, vampiros, zombis, brujas y calabazas. A
ellas no le daban nada de miedo porqué sabían que eran mujeres, hombres, niñas
y niños disfrazados. Pero de repente se escuchó unas voces que decían: cómo que
somos solo mujeres, hombres, niños y niñas diafrazados somos zombis, brujas,
calabazas, vampiros y fantasmas de verdad jajajaj. Se escuchó un silbido y
fueron todos a por ellas. En ese momento no sabían que hacer, pero vieron que
al fondo había una puerta, y fueron corriendo hacia ella. Cerraron la puerta y
creían que ya no podrían abrirla, pero un zombi la empujó con todas sus fuerzas
y pudo abrirla. A Blanca se le ocurrió una idea ir a casa de Rosa y coger cosas
para intentar matarlos a todos. Fueron corriendo a casa de Rosa pero pudieron
entrar en la casa. Rápido cogieron un cuchillo de la cocina, una escopeta que
tenía su padre para cazar y un palo de hierro que había en la habitación de los
trastos. Le empezaron a dar con la escopeta y Lucía que era muy lista supo
rápido que el hierro le afectaba, entonces se pusieron a coger todo lo de
hierro y empezaron a darles a todos. Poco a poco iban desapareciendo y Blanca,
Rosa y Lucía se alegraron. En esa ocasión sí que habían pasado miedo. Fueron a
la puerta de la casa y estaban todos los niños y niñas felices pidiendo truco o
trato. Las tres niñas no sabían cómo explicar lo que había pasado. Se asomaron a
la casa del terror y no había nadie las niñas no querían sufrir más así que se
fueron a pedir truco o trato cómo los demás niños.
Alba Rojas González. 5ºC
EL ORIGEN DE
EYLES JACK
Jack era un
joven que trabajaba haciendo periódicos, cuando llegó la segunda guerra mundial
su jefe lo animo a alistarse. La guerra mundial era muy diferente a lo que él
se imaginaba, pero un adolescente de su misma edad hizo que todo eso se le
olvidara, él era Hiro un hombre simpático y con buen corazón. Él y Hiro eran
uña y carne incluso a veces se llamaban hermanos. Una mañana los nazis atacaron
sin aviso y todos tuvieron que salir a defender el territorio. Hiro recibió un
disparo en el riñón y Jack justo en las pupilas. Cuando Jack se despertó, tenía
una venda en los ojos, ese disparo le costó la vista.
-¡Donde está
Hiro! - grito desesperado.
-El necesita
un nuevo riñón-contestó la enfermera.
-Yo le daré
el mío-dijo Jack.
Pero la operación
salió mal y Hiro murió. Jack volvió a su casa, pero lo único que encontró fue a
su madre llorando, Ella le explicó que su hermano había muerto porqué en la
fábrica donde trabajaba el aire se volvió muy tóxico. Ya no quedaba nada en
aquella mujer tan alegre. A los pocos meses su madre murió de pena y a Jack no
le quedaba ningún ser querido. Jack quiso ocupar el puesto de su hermano en una
nueva fábrica de armas. Tenía un ayudante que le ayudaba ya que él era ciego, se
llamaba Óscar un niño muy joven. Un día Óscar estaba jugando con una pistola de
las que fabricaban, no sabía que estaba cargada, disparo y la bala fue directa
hacia el corazón de Jack, él callo en un cubo enorme lleno de un líquido muy
ácido, el aun así se levantó, tenía la ropa destrozada u le faltaban los
órganos. Ahora iba hacia Óscar su primera víctima a quitarles sus jugosos
órganos tan sanos. Y así fue como Jack se convirtió en el temible Eyles
Jack.
Marta Rojas
González. 5ºC
LA
DESAPARICIÓN DE MAR Y SOFÍA
Todo
sucedió la noche de HALLOWEEN; cuatro amigas hicieron
una fiesta de pijamas y aunque hasta la noche todo fue bien, a la hora de
dormir pasó algo muy raro y terrorífico.
Esta
historia comienza una noche lluviosa y tormentosa, en concreto la noche de HALLOWEEN.
Cuatro amigas habían quedado para hacer una fiesta de pijama en casa de Elena.
Todos los años solían salir a pedir chuches, pero este año querían hacer algo
diferente. En el instituto quedaron en que todas deberían estar en casa de
Elena a las ocho y media. Y así fue, todas estaban presentes a esa misma hora
esperando a que Elena les abriera la puerta.
Una
vez todas dentro, empezaron a montar una mesa de chuches para comer toda la
noche. Pero lo que esperaban con más ganas era la hora de dormir. Pasaron horas
y horas y por fin era media noche y por eso, comenzaron a montar los sacos de
dormir en círculo, uno al lado del otro. Pusieron una lucecita en el medio y en
el momento de encenderla pasó algo espeluznante...
¡MAR
y SOFÍA desaparecieron!
Elena
y Alicia no sabían qué hacer. Comenzaron a buscar por toda la casa, pero no
aparecían. Salieron a preguntar si alguien les había visto por la calle.
Llamaron a sus padres, a ver si estaban en sus casas pero nada, nadie les había
visto. Pasaron la noche fatal pensando en donde estaban sus amigas.
A
la mañana siguiente seguían sin aparecer. Entonces denunciaron la desaparición
de Mar y Sofía. Todos se habían enterado de la noticia. Estaban preocupadísimos
por ellas. El día pasó, pero no había rastro de ellas.
Elena
se quedó a pasar la noche en casa de Alicia, porque sus padres estaban
participando en la búsqueda para
encontrar a Mar y Sofía. Alicia pensó que si encendían otra vez la lucecita y
la ponían junto a ellas, aparecerían sus amigas. Pensó eso porque HALLOWEEN es una noche mágica y podía pasar de todo,
incluso lo menos esperado. Pero no fue así. Cuando le explicó a Elena lo que
había pensado, ella reflexionó y dijo:
-Tienes
razón, puede pasar de todo y por eso creo que no ha funcionado porque tenemos
que hacer justamente lo mismo de aquella noche, poner los sacos en círculo y
colocar la luz en el medio. Lo intentaron y…
¡PLAM! ¡Mar y Sofía estaban de vuelta!
Ninguna
sabía lo que había pasado, porque todo lo que había ocurrido fue muy raro y
extraño. Es justamente lo que dijo Alicia:
“EN UNA NOCHE DE HALLOWEEN PUEDE PASAR DE
TODO”
A partir de ese día cada vez que se
acerca la fecha de HALLOWEEN
les entra un escalofrío por el cuerpo, tienen miedo a qué les
podría pasar, pero al mismo tiempo están
contando los días para que llegue ese momento y disfrutar juntas de una nueva
aventura.
Comienza la cuenta atrás, ¿qué les
sucederá el próximo HALLOWEEN
terrorífico?
Lucía Villegas
Tinoco. 6ºA
CUANDO
CONOCIMOS A JIMY
CAPÍTULO
1. Lunes
Era
un lunes cualquiera, aburrido y largo, pero cuando entramos en la clase, no
vimos lo de siempre. Yo fui la primera en entrar, ¡me sorprendí un poco! Al
fondo de la clase había un niño, que no había visto nunca. Supongo que sería
nuevo ¡que emoción! De repente entro mi amiga Sofía. Ella no pensó lo mismo que
yo, Sofía se quedó mirándolo con cara de asombro y me dice:
-
¡se puede saber quién es ese niño!, no nos han dicho que venía un nuevo – me
dijo muy sorprendida Sofía-
- Yo
sé lo mismo que tú. A lo mejor es bueno – le contesto yo-
-
¡¡¿¿Bueno??!!, ¿tú has visto su cara pálida y sus ojos negros?
La
profesora entró por la puerta, nos teníamos que sentar y sacar el libro de
mates.
Ya habían
pasado dos horas y media. Iba a tocar la sirena. El niño nuevo que no nos lo
habían ni presentado, no había hecho nada en dos horas y media, solo mirar el
suelo. Parecía que lo iba a romper con la mirada.
La
sirena sonó; todos salimos corriendo, menos él. Él fue a su ritmo. ¡qué lunes
más largo!
CAPITULO
2. Martes 27 de octubre.
Martes,
este sí que era un martes raro, te lo digo desde ya, desde el principio. La
profesora entró más rápido que ayer. Justo a las 9 y un minuto. Tenía una
noticia importante que darnos. La profesora de inglés y la de informática
habían desaparecido. No nos dijeron el por qué, cosa que es raro, porque a
nosotros nos lo dicen todo. A la hora de inglés, no vino ninguna sustituta,
solo dimos lengua.
La
sirena sonó más rápido de lo que me esperaba, aunque sonó a la hora correcta.
El niño raro salió corriendo al patio, pero estuvo todo el patio solo. Después
del recreo no volvimos a verlo hasta el día siguiente.
CAPITO
3. Miércoles 28 de octubre.
Miércoles,
el día de mitad de semana. Me estaba empezando a asustar un poco porque
quedaban 3 días para Halloween. Al entrar en clase nos dio un poco de repelús,
porque la profesora estaba mirando fijamente a la ventana. De repente se da la
vuelta y nos dice:
-
Chicos, vuestro amigo Jimy se ha cambiado de colegio
-
¡Ah! Que se llama Jimy – le dije a Sofía –
-
Hoy entrando en el cole he escuchado que han desaparecido tres profesores más –
me dice Sofía –
A la
media hora de clase, entro el niño raro que supuestamente se llama Jimy,
diciéndole al oído de la profesora:
- Me
quedo en este colegio, me gusta más, tiene…más cosas
-
Vamos a ver, tú cómo has escuchado lo que le dijo Jimy a la profesora ¡si se lo
dijo al oído! –me dice Sofía un poco indignada-
-
Estaba al lado suya ¡vamos a disfrutar del recreo!
CAPÍTULO
4. Sábado 31 de octubre
Hoy
por desgracia, teníamos que estar en el colegio, porque ayer Manuel, Nacho,
Sofía, Alexandra, Victoria y yo, estuvimos gritando y tirando los libros de la
biblioteca. Sólo estamos nosotros y el director. El director nos dijo que
teníamos que empezar a limpiar la clase 9. Cuando fuimos para allá, al entrar
en la clase, había un mensaje en la pizarra que ponía: “VAMOS A JUGAR A UN JUEGO”.
Las
luces se fueron. Tuvimos que esperar hasta que se encendieron. Al encenderse,
todos nos miramos entre nosotros y nos dimos cuenta de que faltaba Nacho.
Salimos corriendo al pasillo, para ver si estaba allí. Solo vimos una mochila
roja. Al hacer un poco de memoria, recordamos que esa era la mochila del niño nuevo.
Por curiosidad la abrimos. Dentro sólo había un cuaderno negro. Ya que
estábamos ahí, lo abrimos. Dentro estaban escritos todos nuestros nombres y
tachado a Nacho.
El
director se apareció detrás nuestra. Nos dijo que teníamos que seguir con la
clase 3. Al ir para allá, escuchamos unos pasos, pero no vimos nada. En esta
clase, vimos otro mensaje al entrar, que ponía: “NO QUERÉIS JUGAR CONMIGO”.
Otra
vez se apagaron las luces y ahora se llevaron a Victoria. Nos fuimos corriendo
a buscar a nuestros compañeros. El
director vino hacia nosotros. No habíamos limpiado ni la clase. Se nos quedó
mirando fijamente y nos dijo:
- Ahora limpiad la
sala de calderas. La puerta está abierta.
Fuimos
para allá y al entrar estaba oscuro y hacía mucho calor. Al fondo estaba Jimy.
A medida que íbamos entrando, él estallaba una caldera. Al estallarse la
tercera, salimos corriendo hacia atrás, porque al final nos iban a matar del
calor. Pero antes de salir él nos dijo:
- Ya que me habéis
pillado, tendré que mataros.
Salimos corriendo
más rápido que nunca, Sofía pensó en un plan:
- Chicos, ¿no
había un libro de brujería oscura en la biblioteca?
Como
no teníamos otra alternativa, fuimos para allá, cogimos el libro y volvimos
pitando a las calderas con mucho miedo. Mientras tanto, yo iba mirando los
hechizos, hasta que descubrí el correcto.
Se
llamaba “El conjuro del adiós”. Era el único bueno que encontramos. Solo
teníamos una oportunidad. Mencioné el conjuro, como si mi vida fuera a pasar
por eso, que en realidad es lo que está pasando. No funcionó. De ver tantas
películas, supimos que teníamos que decirlos todos a la vez. Todos lo dijimos.
De repente vino una ola de humo y él desapareció.
Nacho,
Victoria y los demás profesores desaparecidos salieron de las calderas que
todavía no estaban estalladas.
Los
demás días fueron normales. Pero nunca se nos olvidará esta anécdota.
Ana
Caballero Fernández. 6ºB
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